miércoles, 24 de septiembre de 2014

Los niños victimas de la guerra en Colombia

A pesar del boom de noticias que desde la década del 90 vienen publicando los medios de comunicación, no es mucho lo que conocemos sobre una realidad social que en Colombia adquiere unas dimensiones dramáticas: el niño soldado. Si bien Colombia es un país que se ha caracterizado por su larga historia de conflictos, sobre los cuales ha corrido mucha tinta y han sido objeto de escrutinio político y académico, la participación de los niños y las niñas al igual que los jóvenes en ellos, amerita una mayor atención.


En América Latina los niños soldados han estado presentes en las luchas de Colombia, Ecuador, El Salvador, Guatemala, México, Nicaragua, Paraguay y Perú, pero las cifras más alarmantes que se han reportado se encuentran en Colombia, donde no menos de 13.000 niños se han desempeñado en los últimos años como soldados, lo que significa que uno de cada cuatro combatientes irregulares es menor de edad. Ellos han estado presentes tanto del lado rebelde, en las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia FARC-EP y en ELN, al igual que con grupos paramilitares derechistas como la  Autodefensa Unidas de Colombia, AUC. Se calcula que por lo menos dos tercios de estos niños guerreros tiene menos de 15 años de edad, y los más jóvenes reclutados tienen tan solo siete años1.

Este hecho social, la participación de los niños, niñas y jóvenes en la guerra, es necesario estudiarlo en sus múltiples dimensiones, conocer su perfil de la vulnerabilidad, determinar las variables con las que se encuentra asociado el problema, profundizar en las actividades y experiencias de ellos al lado de los grupos militares a fin que el gobierno, las autoridades y las instituciones encargadas, no solo de impedir su ingreso a los grupos armados ilegales, sino posteriormente con la obligación de reinsertarlos al vida civil, tengan los elementos necesarios para diseñar políticas mas acordes con la realidad. Se debe buscar reflexionar sobre la relación entre guerra y estructura social, observar lo sucedido en Centro América y en el África, lugares en los cuales después de las negociaciones de paz y de los esfuerzos nacionales e internacionales, la experiencia de los niños al lado de los grupos armados ilegales pesó mas que los intentos de una nueva socialización y un nuevo proyecto de vida.




Formas de reclutamiento

La forma como los niños, niñas y jóvenes llegan a estos grupos armados irregulares, presenta diversas modalidades. El reclutamiento forzoso utilizado no es el único mecanismo mediante el cual éstos logran engrosar sus filas, como comúnmente se cree. 

La realidad nacional tiene muchos matices, es compleja y diversa. Según las fuentes que se consulten, se tiende a privilegiar unas formas de reclutamiento sobre otras. El Ejercito Nacional, habla de formas coercitivas de llevarse los niños, mientras otras instituciones plantean, además de ésta, otras modalidades, siendo la voluntaria la más importante. El informe de la Defensoría del Pueblo antes mencionado, considera que el 90% de los niños que estaban en la guerrilla, manifestaron haber entrado por voluntad propia. De ellos, al 33% los atrajo las armas y los uniformes, a otro 33% fueron las condiciones de pobreza las que los llevaron a tomar esta decisión, al 16.60% porque crecieron conviviendo con ella, y el 8.33% se vinculó por enamoramiento, decepción amorosa o sentimiento de venganza porque sus familias y bienes habían sido destruidos18 y el entrar a una de estas organizaciones era el único medio que consideraban les permitiría algún día vengarse.

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